La tecnología y la IA, aliados imprescindibles para reducir las listas de espera

Los diferentes gobiernos buscan fórmulas para reducir las esperas como aumentar el presupuesto, ampliar horarios, derivar casos… pero las nuevas tecnologías también pueden contribuir a mejorar el sistema de salud

Inteligencia artificial listas de espera

La revolución tecnológica en la que vivimos hace que cada día nos despertemos con una noticia nueva en el mundo de la innovación; que si un robot quirúrgico es capaz de operar con alta precisión aún estando a kilómetros de distancia; la creación de un enorme data lake sanitario que permite obtener datos válidos de forma casi inmediata para adoptar las mejores decisiones sanitarias; la aplicación de la inteligencia artificial para mejorar diagnósticos, cuidar de personas dependientes; agilizar asuntos administrativos…

La pandemia del covid aceleró la evolución de los ecosistemas sanitarios y puso de relieve la necesidad de incrementar su eficacia a través de la tecnología. Es precisamente esta tecnología, la que puede tener la llave de una mejor gestión de las largas listas de espera sanitarias, uno de los principales problemas en el entorno de la salud.

Por esta razón, las últimas tecnologías así como la inteligencia artificial se presentan como algunos de los grandes aliados para aligerar las demoras a las que se enfrentan miles de ciudadanos.

El último informe del SISLE fija en 79 los días de media que esperan los pacientes para tener una primera consulta con el especialista, y en 113 los días que hay que aguardar para pasar por el quirófano. Se trata de un tiempo considerable que pasa factura en la calidad de vida de las personas y que satura las listas sanitarias.

Por todo ello, los diferentes gobiernos regionales toman cartas en el asunto y buscan fórmulas para reducir el tiempo necesario para realizar pruebas diagnósticas, recibir un tratamiento o pasar por quirófano. Las decisiones que se han llevado a cabo pasan por aumentar el presupuesto, ampliar horarios de los centros sanitarios, derivar casos a la sanidad privada para agilizar los tiempos… Y otra de las cuestiones que se deberían tener en cuenta en esta batalla es cómo las nuevas tecnologías pueden mejorar el sistema de salud.

La salud, uno de los sectores donde la IA tendrá mayor impacto

La Inteligencia Artificial lleva décadas cambiando nuestro día a día y el sector sanitario no se ha quedado al margen: ha mejorado muchas pruebas diagnósticas, ayuda a la detección precoz de ciertas enfermedades, ha facilitado el diseño de nuevos fármacos, disminuye los errores de diagnóstico… Pero, ¿cómo podría reducir la inteligencia artificial las listas de espera de la sanidad?

En primer lugar, la IA es capaz de mejorar la priorización de pacientes durante el triaje en urgencias, algo que facilitaría la mejor gestión de los recursos y descongestionaría las salas de espera.

En el área de cardiología la IA también tiene una gran labor; las nuevas técnicas de procesamiento de imágenes cardíacas permiten a los especialistas realizar evaluaciones más rápidas de datos extraídos de imágenes cardíacas, como la ecografía cardíaca, la tomografía computarizada cardíaca y la resonancia magnética cardiovascular.  

En la misma línea, la IA es capaz de automatizar el análisis de las imágenes de otras pruebas diagnósticas, por lo que el resultado llegaría mucho antes al paciente y al médico, pudiendo detectar de forma precoz cualquier anomalía, y ofreciendo una respuesta más rápida en el diagnóstico.

Asimismo, en la cirugía, la inteligencia artificial puede ayudar a tomar decisiones quirúrgicas y su uso permitiría también a contribuir al avance de programas de cribado, mejorar el diagnóstico precoz y predecir el tratamiento más adecuado.

Ya en el terreno doméstico, la inteligencia artificial permite monitorear a los pacientes, desplazando la presión hospitalaria y promocionando el envejecimiento en el hogar, además de poder realizar un seguimiento de las personas mayores sin que tengan que desplazarse.

Por último, y no menos importante, el papel de la inteligencia artificial en la administración es muy significativo ya que permite mejorar la dinámica de trabajo, optimizando el tiempo dedicado a tareas administrativas y disminuyendo los errores asociados.

En resumen, si bien es cierto que las ventajas para incorporar la IA en el sistema sanitario son varias, también es necesario ser prudente. Por un lado, todavía no existe una confianza de la sociedad en la Inteligencia Artificial. Por otra parte, se necesita un marco regulatorio que garantice los derechos de las personas, tanto individuales como colectivos.