Número de pacientes versus tiempos de espera

Ambos factores son importantes y ofrecen información valiosa sobre el funcionamiento del sistema de salud

habitacion hospital

En la gran mayoría de sistemas de salud, las listas de espera son una realidad omnipresente. Ya sea para cirugías, consultas externas o pruebas diagnósticas, los pacientes a menudo deben aguardar su turno para recibir atención médica. De hecho, según el Barómetro Sanitario de 2023 elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 43,5% de los españoles piensa que el problema de las listas de espera hospitalarias sigue igual que en 2022; el 33,9% opina que ha empeorado en los últimos 12 meses; y solo el 11,3% considera que ha mejorado.

Las percepciones ciudadanas contribuyen a darse cuenta de que las listas de espera son una realidad arraigada en una serie de factores que afectan tanto a la demanda como a la capacidad de los sistemas de salud para satisfacerla.

Limitación de recursos

Uno de los motivos principales detrás de las listas de espera es la limitación de recursos, tanto humanos como materiales (quirófanos, equipos médicos…), en el sistema de salud. Cuando la demanda por parte de la población supera la capacidad de estos recursos, las listas de espera se vuelven inevitables. Y no debe obviarse el hecho de que la mejora de la calidad de vida, el acceso a medicamentos y a tratamientos han aumentado la esperanza de vida. Entonces cada vez vivimos más años, pero a la vez, la población envejece y precisa de mayores recursos y asistencia sanitaria para hacer frente a las dolencias de la edad y a la cronicidad de las enfermedades.

España sigue siendo uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2021 la media de los españoles fue de 83,1 años y se estima que esta cifra pueda subir en los próximos años llegando a los 81,8 años, en el caso de los hombres y a los 87 años, en el de las mujeres. Ante la longevidad de la población y el bienestar global se hace necesario contar con sistemas sanitarios robustos, que dispongan de recursos humanos y materiales suficientes para cubrir la gran demanda.

Por otra parte, en ocasiones los trámites administrativos y la burocracia pueden ralentizar el proceso de atención médica, lo que contribuye a las listas de espera. Desde la programación de citas hasta la autorización de procedimientos, cada paso en el proceso puede añadir tiempo adicional a la espera del paciente.

Otro factor determinante en las listas de espera es el sistema de priorización. En muchos casos, la priorización de casos basada en la gravedad de la condición médica puede resultar en listas de espera más largas para aquellos pacientes cuyas necesidades no son consideradas urgentes. Si bien esta práctica puede ser necesaria para garantizar que los pacientes más críticos reciban atención inmediata, también puede contribuir a la acumulación de pacientes en las listas de espera y repercutir en su calidad de vida.

¿Reducir el número de pacientes o el tiempo de demora?

A la hora de evaluar las listas de espera, surge la pregunta de qué es más significativo: ¿el número de pacientes en espera estructural o el tiempo de demora acumulada? Sin duda, ambos factores son cruciales y ofrecen información valiosa sobre el funcionamiento de cada sistema de salud.

Por un lado, el número de pacientes en lista de espera proporciona una fotografía realista de la demanda de atención médica y la capacidad del sistema para satisfacerla. Un aumento en el número de pacientes en espera puede indicar problemas en la capacidad del sistema para manejar la demanda, lo que requiere medidas correctivas como la asignación de recursos y personal adicional o la revisión de los procesos utilizados.

Por otro lado, el tiempo de demora acumulada refleja la experiencia real de los pacientes que están aguardando su turno. Cuanto más tiempo tarden en recibir atención, mayor será el impacto en su salud y calidad de vida. Reducir el tiempo de demora acumulada es básico para garantizar que los pacientes reciban atención oportuna y efectiva. Con el fin de reducir las esperas, algunas comunidades, como es el caso del Madrid, han llevado a cabo iniciativas concretas como el Plan de Listas de Espera 2022-2024, con el objetivo de reducir a la mitad los tiempos de atención y no sobrepasar los 45 días, para intervenciones quirúrgicas, consultas externas y pruebas diagnósticas.

En conclusión, tanto el número de pacientes en lista de espera como el tiempo de demora acumulada son aspectos importantes al evaluar las listas de espera sanitarias. Un enfoque integral que aborde tanto la demanda como la capacidad del sistema, junto con medidas para reducir los tiempos de espera, es necesario para mejorar el acceso a la atención médica y garantizar una atención de calidad para todos los pacientes.